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NOTICIA
LAS COMUNIDADES LATINAS EN ESTADOS UNIDOS

Ismael Fernández creció en Wilder, Idaho, una población de 1.700 almas rodeada de plantas altas de lúpulo y campos bajos de alfalfa. 


Por Héctor Tobar 

Fotografías de Karla Gachet e Iván Kashinsky


Vivía con sus abuelos en una casa que había sido construida en el terreno en el que su abuelo, veterano de la guerra de Vietnam, solía recoger betabeles y cebollas. 

Cuando Fernández tenía 19 años, lo eligieron para el concejo municipal. En su primer día en el puesto, en 2015, subió al pequeño estrado del ayuntamiento de Wilder y se sentó junto a los otros cuatro miembros del concejo. Un reportero local notó algo en lo que nadie más había reparado. Había cinco apellidos de origen español en las placas de identificación de los miembros: Almazan, Rivera, Godina, Garcia, Fernandez. La historia pronto se volvió nacional. Por primera vez en Idaho –un estado donde los blancos no hispanos constituyen 82 % de la población–, los votantes habían elegido un concejo municipal por completo latino. 

Nacido en 1996, de trabajadores agrícolas con raíces en México, Fernandez creció oyendo a la gente que lo describía como latino. El término se extendió en las últimas décadas del siglo XX para agrupar pueblos étnicamente diversos de herencia hispana: inmigrantes de Cuba y Guatemala, ciudadanos nacidos en Estados Unidos con raíces en Puerto Rico y Perú, y muchos otros. 

“Wilder es una localidad pequeña y tranquila –les explicó Fernandez a algunos de los reporteros que estaban de visita–. Temprano por la mañana y tarde por la noche, verás campos y... gente trabajando. En su mayoría latinos, en su mayoría descendientes de mexicanos”. 

Wilder, donde ahora los latinos constituyen tres cuartas partes de la población, se ha convertido en un símbolo insólito de la creciente influencia de los latinos en todo el país. 

Todos los días, el resto de Estados Unidos se vuelve un poco más como Wilder. La población latina del país se ha sextuplicado desde 1970 y alcanzó un estimado de 57.4 millones en 2016, o casi 18 % de la población, según la Ofcina del Censo de Estados Unidos. En la mayoría de los sitios, donde los lugareños dicen que una comunidad “se siente” diferente de lo que era hace una generación, los latinos son la razón. 

Debido a este incremento, Estados Unidos se convertirá en un país de “mayoría minoritaria” para mediados de este siglo. Este reordenamiento dramático de la demografía de la nación ha engendrado ira y conflicto, que algunos políticos oportunistas y comentaristas de medios han ayudado a fomentar, al retratar a los blancos como víctimas en un Estados Unidos cada vez más diverso. Estos críticos, incluido el presidente Donald Trump, han retratado a los latinos como miembros de pandillas violentas, ladrones de empleos a los que no les interesa aprender inglés e inmigrantes indocumentados que llegan a Estados Unidos y tienen lo que llaman “bebés ancla”, niños que son ciudadanos estadounidenses por nacimiento. El resentimiento debido a la inmigración –la mayoría de los 11 millones de indocumentados estimados en Estados Unidos son latinos– ayudó a fomentar los cambios políticos que llevaron a Trump a la Casa Blanca. 


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