La joven actriz y modelo ha plasmado su imagen en cada una de las etapas de su ascendente historia. Y lo ha hecho de tal manera que resulta imposible no llamar nuestra atención. Sea envuelta en un drama o en medio de la precisión coreográfica, sabe perfectamente cómo atraparnos.

POR BENJAMIN ACOSTA, DESDE VENECIA

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Mucho antes de estar inmersa en un apocalipsis zombie o robarle el corazón a Spiderman, tuvo un entrenamiento con base en los clásicos para llevar a escena en el teatro escolar. Cenicienta, Titanic y Alicia en el país de las maravillas integraron el contexto de su pasión. El sueño infantil que perseguía entonces en su natal Arizona tomó forma una vez que se mudó a Los Angeles. De la comedia al drama y de regreso sin dejar a un lado el musical, es como Emily Jean Stone (1988) ha trazado la unión de cada uno de los puntos que la han convertido en una auténtica celebridad hollywoodense.

Su versatilidad es evidente. Desde Birdman hasta Amigos con beneficios puede proyectarse un claro ejemplo de su capacidad histriónica. Y así como presta su voz en The Croods también encabeza campañas para prevenir el cáncer de mama. Su agenda repleta no deja de sorprenderle al tiempo de aprender a disfrutarla al máximo. “Nunca había conocido tantos países en tan poco tiempo”, asegura con el carácter risueño que la distingue. Con el mismo encanto y profesionalismo fue dirigida por Woody Allen en Irrational Man, en la cual se establece una compleja relación sentimental entre un profesor (Joaquin Phoenix) y su alumna. Algo cercano a lo que sucede en la nueva versión del musical La La Land donde Ryan Gosling es un pianista de jazz que se enamora de una joven aspirante. El filme, cuyo estreno se realizó durante la pasada edición del Festival de Venecia, fue de alguna manera la consecuencia de Stone y su interés por el cabaret y Broadway.

Así como empezó a soñar con todo esto cuando era una niña, vive momentos de la realización de aquellas fantasías. También se le cumplió el deseo de participar en Saturday Night Live y no sería descabellado pensar en la entrega de un Oscar o convertirse en productora dentro de la industria cinematográfica. Es cuestión de no perder el enfoque.

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